Orlando, FL — Un nuevo estudio de Orlando Health revela que más de un tercio de los hombres (38%) preferiría soportar situaciones estresantes —como quedarse atrapado en el tráfico o ver perder a su equipo favorito— antes que hablar sobre su salud prostática. Esta resistencia a abordar un tema común puede provocar retrasos en el diagnóstico y tratamiento de afecciones como el agrandamiento de la próstata.

“La próstata es una glándula que rodea la uretra, y a medida que envejecemos, tiende a aumentar de tamaño”, explicó el Dr. Jay Amin, urólogo de Orlando Health. “Esto puede deberse a factores genéticos o a la forma en que la próstata responde a ciertas hormonas del cuerpo.”

Entre los síntomas más comunes se encuentran la necesidad frecuente o urgente de orinar, dificultad para iniciar la micción o la necesidad de levantarse varias veces durante la noche. Aunque estos síntomas pueden afectar significativamente la calidad de vida, muchos hombres evitan mencionarlos a su médico.

“El agrandamiento prostático afecta aproximadamente al 60% de los hombres a los 60 años, y hasta al 80% a los 80 años”, indicó el Dr. Amin. “Muchos prueban medicamentos o terapias mínimamente invasivas que ofrecen alivio temporal, pero ahora contamos con un procedimiento que rara vez necesita repetirse: solo el 1% de los pacientes requiere otra intervención incluso después de 20 años”.

Se trata del procedimiento HoLEP (enucleación prostática con láser de holmio), una técnica mínimamente invasiva realizada a través de la uretra, sin cortes externos y con molestias mínimas. El catéter se retira en menos de 24 horas, y la mayoría de los pacientes retoman actividades ligeras en una semana y su rutina normal en tres.

“De todos los procedimientos que realizo, este es el más gratificante porque los resultados son consistentes y los pacientes están realmente satisfechos”, señaló el Dr. Amin. “Tuve un paciente que dependió de un catéter durante 19 meses, y hoy puede orinar con normalidad”.

Uno de sus pacientes, Chris Golden, maratonista de 50 años, experimentó una mejoría notable después de someterse al procedimiento. Antes, su vida diaria estaba dominada por la urgencia de encontrar un baño.

“Siempre tenía que saber dónde estaba el baño más cercano, porque cuando sentía la necesidad, debía ir de inmediato”, relató Golden. “A veces me tomaba dos minutos en el urinario, mientras los demás terminaban en segundos”.

Tras la cirugía, Chris volvió a correr y a dormir sin interrupciones.
“Estoy muy feliz de haberlo hecho. Mi flujo urinario volvió a ser como cuando tenía veinte años”, dijo. “Los hombres deben hablar con su médico sobre estos síntomas, porque nadie quiere vivir pendiente del baño”.

El Dr. Amin anima a los hombres —desde los 40 hasta los 80 años— a consultar con su médico si presentan síntomas urinarios. “La salud prostática no debe ser un tema tabú. Buscar ayuda a tiempo puede mejorar enormemente la calidad de vida”.

Información proveída por: Orlando Health